jueves, 16 de julio de 2009
4. Que dice la ciencia
Las profecías del Apocalipsis pueden ser interpretados de dos maneras desde la creencia: en primer lugar, si son tantos los santos y profetas que los anuncian, quizás no anden muy desencaminados. Y más bien -se argumenta desde esta perspectiva- se tratará de una transformación en nuestra forma de vida, en lugar de la desaparición física del mundo o de la especie humana, lo que seguramente no será tan malo. En segundo lugar, si las profecías de los videntes son una necedad, también lo serán nuestros temores, sin comprender la esencia del ser humano, de su evolución.
Por otro lado, son pocas personas quienes se interrogan sobre lo que la ciencia puede decirnos acerca del particular, sobre los peligros reales que amenazan al planeta Tierra y a la única especie inteligente que en él se ha desarrollado. La ciencia y la tecnología han avanzado lo suficiente como para permitirnos vislumbrar cuáles son los fenómenos, tanto externos como internos a nuestro planeta, que suponen un riesgo para nuestra supervivencia en él, al mismo tiempo que nos exponen las opciones existentes que pueden salvar la vida en el planeta.
A lo largo de la historia de la vida en nuestro planeta siempre ha sido una preocupación la extinción de la raza humana, este hecho es algo que conocen muy bien los científicos, ya que el 90 por ciento de toda forma de vida que ha existido sobre nuestro planeta alguna vez se ha extinguido para siempre. (7)
Las especies que han poblado o pueblan en la actualidad el planeta, han surgido y desaparecido siguiendo las reglas de la evolución o bien victimas de contingencias planetarias. Los científicos que estudian la vida sobe el Planeta Tierra saben muy bien que ninguna especie tiene garantizada su permanencia aquí, regla que también se aplica a la raza humana.
La visión que predominaba sobre el fin de los tiempos para el mundo creyente es la que consta en los últimos capítulos de Biblia, en el Apocalipsis de Juan. En éste se lee: “Entonces vi que el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir con una voz como de trueno: ‘!Ven!’ Miré, y vi un caballo blanco. El que lo montaba tenía un arco y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer. “Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: ’¡Ven!’. Salió otro caballo, de color rojizo. Al que lo montaba le fue dado poder para quitar la paz de la tierra y hacer que se mataran unos a otros. Y se le dio una espada muy grande. Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: ‘¡Ven!’. Miré, y vi un caballo negro. El que lo montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: ‘Dos libras de trigo por un denario y seis libras de cebada por un denario, pero no dañes el aceite ni el vino‘. “ Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: ‘¡Ven!’. Miré, y vi un caballo amarillo. El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades lo seguía: y les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la Tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra." (Apocalipsis 6:1-8).
De acuerdo a la interpretación tradicional dada a este pasaje de la Biblia, cada caballo representa una calamidad; Caballo rojo, representa la guerra. Caballo negro, representa el hambre. Caballo verde o amarillento, representa la muerte, o para otros la enfermedad. Caballo blanco, representa para algunos la muerte.
Esta aterradora imagen del fin del mundo con los cuatro jinetes del Apocalipsis cabalgando sobre la Tierra, ha llevado a lo largo de la historia del cristianismo a anunciar el fin inminente del mundo, que algunos pensaron llegaría con la caída del imperio Romano bajo el yugo de los pueblos bárbaros del norte de Europa, las guerras interminables durante la Edad Media o bien bajo el azote de enfermedades como la terrible peste, que diezmó en muchas ocasiones a la población de Europa. Pese a estas y otras amenazas para el hombre, aún estamos aquí, mientras algunos grupos cristianos creen aún en las profecías bíblicas, al tiempo que surgen nuevos grupos de creyentes en profecías del fin mundo alternativas, como las que parecen preocupar a un cada vez más numeroso grupo de personas, que según afirman existen en ciertos escritos mayas. Pero mas allá de estas visiones místicas sobre el fin del mundo ¿que tienen que decir los científicos?, ¿Cual es el Apocalipsis según la ciencia?
Muchos científicos alrededor del mundo buscan y hallan las explicaciones científicas correspondientes a todos y cada uno de los signos del Apocalipsis, enfatizando o resaltando uno u otro peligro que corre nuestro Planeta, de que la vida se extinga. (8)
En todo caso, la gran mayoría de científicos esta de acuerdo y puede comprobar científicamente, que el Apocalipsis podría suceder, y que una de las causas podría ser:
· a raíz de un agente patógeno diseñado genéticamente
· por desechos de la erupción de un "supervolcán" que bloqueen la luz solar
· que los científicos desaten accidentalmente un "big bang" desintegrador de la materia
· el terrorismo nuclear
· virus mortales diseñados artificialmente
· los asteroides que podrían impactar nuestro planeta causando grandes cambios climáticos
entre otros.
(7) http://www.msnbc.msn.com/id/6502368
(8) http://www.el-universal.com.mx/articulos/49565.html
jueves, 23 de abril de 2009
3. Los signos del Apocalipsis
Los signos del Apocalipsis son mútiples y variados, todos contenidos en el último de los libros que componen la Biblia, dentro del Nuevo Testamento, y que fue escrito por San Juan.
Como el Apocalipsis de San Juan, último libro de la Biblia, utiliza un lenguaje simbólico, sus imágenes resultan misteriosas, difíciles de comprender, sus símbolos son mútiples.
Una recopialción de todo lo contenido en el Apocalipsis consta en en la web citada, así como una guía de interpretación de los 7 símbolos. (6)
El Apocalipsis consta de siete visiones que suman 404 versículos, y contiene 518 citas del Antiguo Testamento. Cada una de estas siete visiones tiene otras siete complementarias y otras curiosas revelaciones. Algunos autores dividen la obra en tres partes: introducción (hasta 1,8); cuerpo de la obra (visiones) y conclusión (desde 22,6). En el desarrollo de la obra se pueden distinguir cuatro tiempos: el pasado, hasta la primera venida de Cristo; el presente, hasta el fin de la persecución contra los cristianos; el milenio, o la paz tras las persecuciones; y el "fin lejano", con la victoria del bien contra el mal.
REVISIÓN POR CAPÍTULOS
Visión 1: (capítulos 1 al 3)
Visión de Cristo Rey. Éste dicta a Juan siete cartas a cada uno de los siete ángeles de "las siete iglesias", que algunos interpretan como los siete períodos de la Iglesia. Los nombres son: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea. Al ángel de la iglesia de Tiatira le previene contra Jezabel, profetisa que enseña a fornicar. Este personaje, reina de Israel en el s. IX a.C., se ha llegado a convertir en el símbolo de la mujer malvada, que rinde culto a los falsos dioses (costumbres que practican también los nicolaítas en Éfeso y Pérgamo). La peculiar interpretación de cada período hace que hoy nos encontremos en el séptimo, el de la Iglesia tibia, desde 1962 (Concilio Vaticano II). Entre las curiosidades, las llaves de la muerte y del infierno, que guarda Jesús en persona. (La del cielo la tiene San Pedro, cuyos descendientes son los papas: por eso podemos saber quién está ahí -los santos- pero no quién en el infierno).
Desde el capítulo 4 hasta el 11 asistimos a las visiones que anuncian grandes calamidades para el mundo cristiano, que luego se especifican más en los capítulos 12 al 16.
Visión 2: (capítulos 4 al 7)
Visión del cielo. Allí, Dios sentado en su trono con un libro (un rollo de papel) cerrado con siete sellos (el futuro: la humanidad sojuzgada por el diablo). Llega el cordero de Dios y va abriendo los sellos, cuya liberación va dando paso a personajes y eventos. Los cuatro primeros son los famosos caballos y sus jinetes, señales precursoras de la gran lucha. El blanco (falsos mesías o simples vencedores), cuyo jinete tiene una corona y recibe un arco; el rojo (guerra): a su jinete se le entrega una espada; el negro (hambre e injusticia), es montado por el portador de una balanza; y el amarillento (enfermedades mortales), cabalgado por la muerte.
El quinto sello son los mártires, el sexto las catástrofes (terremoto, sol negro, luna sangrante, estrellas cayendo) que precederán al fin. El séptimo sello, además de una película de Bergman, es el del anuncio del fin, con el sonido de las siete trompetas y los 144.000 sellados, los judíos que se salvan (también está la "gran muchedumbre", el resto de los que no caen al infierno).
Visión 3: (capítulos 8 al 11)
Visión del altar en la Tierra. Se abre el séptimo sello, hay media hora de silencio (suspense) y las siete trompetas que tocan los siete ángeles corresponden a las siete plagas sobre Egipto en el Éxodo. Cada vez que toca una trompeta, pasan cosas tremendas: granizo y fuego, la mar ardiendo, meteorito (llamado Ajenjo, como la hierba amarga con la que se hace el vermú: por eso vuelve amarga el agua de los ríos), se apagan parcialmente el sol, la luna y las estrellas, cae luego una estrella, que abre el abismo, del que salen langostas torturadoras dirigidas por Abaddón, el ángel exterminador, luego llega un ejército gigante del río Eúfrates y mata a la tercera parte de la humanidad. No obstante, los que quedan siguen adorando a falsos dioses con sus asesinatos, hechicerías, fornicaciones y rapiñas. Un ángel sin número le da a Juan a comer un librito (las escrituras) para que predique. Y la séptima trompeta anuncia el final: triunfo del Imperio de Dios, con visión del Arca de la Alianza en el cielo incluida.
A partir del capítulo 12, se especifica la lucha. Los contendientes primeros, la Virgen María por el bando del bien; y el Dragón Rojo de siete cabezas, por el del mal.
Visión 4: (capítulos 12 al 14)
Visión de la gran batalla, presentando primero sus siete grandes señales. La mujer envuelta en sol, con la luna sus pies y una corona de doce estrellas (la Virgen, que está encinta y grita); el gran dragón ("la antigua serpiente, que se llama Diablo y Satanás") de siete cabezas que se quiere zampar a Cristo en cuanto nazca (el diablo); el hijo que nace y Dios se lo lleva; el destierro del demonio y sus ángeles a la tierra: éste persigue a María pero no la pilla y entonces la toma con el resto de los habitantes; la descendencia de la mujer (los creyentes); y las dos bestias, nuevas encarnaciones del Mal: la del mar, el Anticristo, poder político mundial con siete cabezas, cuyo número es el 666, y la de la tierra, el falso profeta, una especie de antipapa, emisario del Anticristo. Luego nos muestra cómo el cordero (Jesús) y sus seis ángeles (siete en total) anuncian la victoria. Y después los ángeles se dedican a vendimiar a los buenos de entre los malos.
Visión 5: (capítulos 15 y 16)
Visión de los vencedores y las siete copas de oro rebosantes de la cólera de Dios que lanzan las siete plagas contra los idólatras. La que los ulcera, la que mata la vida marina, la que mata la vida de las aguas dulces, la que enciende el sol hasta achicharrar, la que oscurece todo y da dolor, la que seca el Eúfrates (en esta sexta copa se menciona el Armagedón, que es la batalla del cordero contra las fuerzas del mal) y la que provoca catástrofes. Pero los adoradores de la Bestia siguen blasfemando contra Dios (se entiende).
Visión 6: (capítulos 17 al 19)
Visión de la Gran Ramera (Babilonia; también el Imperio Romano anticristiano coetáneo de Juan), que cabalga sobre la bestia escarlata o roja (así llaman al comunismo) de siete cabezas, y con quien fornican todos (metáfora de la idolatría). Después viene la consiguiente victoria del cordero, acabando con la prostitución y el lujo de la Ramera. Los mercaderes se lamentan, porque ya no tienen donde enriquecerse con su comercio de... "oro y plata, piedras preciosas y perlas, lino y púrpura, seda y escarlata, toda clase de maderas olorosas y toda clase de objetos de marfil, toda clase de objetos de madera preciosa, de bronce, de hierro y de mármol; cinamomo, amomo, perfumes, mirra, incienso, vino, aceite, harina, trigo, bestias de carga, ovejas, caballos y carros; esclavos y mercancía humana". Tras la victoria llegan, por fin los siete juicios... y las bodas del cordero. O sea, Dios, que se casa con los justos (Jerusalén). Luego vuelve a contar la batalla, con Jesús montado esta vez en un caballo blanco, y por fin el festín.
Visión 7: (capítulos 19 al 22)
Visión de la alegría tras el banquete victorioso; después, los mil años simbólicos de reinado de Jesús (en su segunda visita a la Tierra, según unos; en el cielo, según otros). Muestra siete hechos: Satanás encadenado en el abismo durante estos mil años; el milenio de los mártires (los santos, que ya están con Jesús, antes que los buenos que esperan el juicio final); el milenio nuestro, el de quienes estamos vivos; Satanás soltado "por poco tiempo" (hasta su derrota); la gran batalla; Satanás (en sus tres personalidades) arrojado al fuego; y el Juicio. Luego, descripción del cielo (la Jerusalén celestial, la novia del Cordero), empezando por el estado eterno de quienes se encuentren allí o en el infierno; la descripción habla de su brillo de oro puro, su forma cúbica, su belleza, y su ambiente diurno, con un río de agua viva, árboles de la vida y demás. Al final, la promesa de que Jesús viene pronto (para permanecer reinando sobre el mundo durante un tiempo indeterminado) y las plagas y la condena eterna para quienes modifiquen las palabras del texto. Como curiosidad de este último bloque, la promesa de siete novedades: un cielo y tierra, un pueblo, una esposa, un hogar, un templo, una luz y un paraíso. Todo nuevo.
El Apocalipsis cierra pues el ciclo bíblico, que comienza con el Génesis (origen de todo), y cuenta con los mismos elementos: el cielo y la tierra, el día y la noche, el sol y la luna, la vida (y su árbol) y la muerte, la mujer y la serpiente... y al final, la expulsión del hombre del Paraíso acaba bien, recuperando Dios a los hijos de Adán que no le han fallado.
martes, 14 de abril de 2009
2. QUE ES EL APOCALIPSIS DESDE LA RELIGION
Se trata del último de los libros que componen la Biblia, dentro del Nuevo Testamento. Fue escrito por San Juan (el mismo apóstol que redactó uno de los cuatro Evangelios) en la isla griega de Patmos, en el mar Egeo, en el año 96, durante su destierro.
Es una profecía (apocalipsis quiere decir revelación), que trata de dar esperanza a los cristianos perseguidos en esos momentos, y además muestra las catástrofes que sufrirá el mundo antes de la Parusía (segunda venida de Jesús a la Tierra) y la derrota de los enemigos de Dios. Desde la Edad Media, la palabra apocalipsis es sinónimo de fin del mundo (fenómeno del milenarismo). El género apocalíptico es de un estilo alegórico repleto de visiones y símbolos. Se relata una sucesión de escenas -al modo del cine o el teatro- en el que todos los elementos naturales entran en acción, siendo los ángeles los directores del movimiento escénico. Ni los mismos católicos se ponen de acuerdo en su interpretación.
Uno de los personajes más famosos del Apocalipsis es El Ángel Exterminador (Abbadón). Aunque este texto no es donde mayor protagonismo adquiere en la Biblia. Su aparición estelar se da en el Éxodo, cuando mata a los primogénitos egipcios por esclavizar a los israelíes.
Consta de siete visiones que suman 404 versículos, y contiene 518 citas del Antiguo Testamento. Cada una de estas siete visiones tiene otras siete complementarias y otras curiosas revelaciones. Algunos autores dividen la obra en tres partes: introducción (hasta 1.8); cuerpo de la obra (visiones) y conclusión (desde 22.6). En el desarrollo de la obra se pueden distinguir cuatro tiempos: el pasado, hasta la primera venida de Cristo; el presente, hasta el fin de la persecución contra los cristianos; el milenio, o la paz tras las persecuciones; y el "fin lejano", con la victoria del bien contra el mal.
viernes, 13 de marzo de 2009
Religión y Ciencia - El Apocalipsis
1. INTRODUCCION
Tomado de Wikipedia:
“El libro del Apocalipsis o Apocalipsis de Juan (griego: Ἀποκάλυψις Ιωάννου [apokálypsis Iōannou], 'revelación a Juan' ) es el último libro del Nuevo Testamento. También es conocido como Apocalipsis de Jesucristo por el título que al principio se da a sí mismo (Αποκάλυψις ῾Ιησοῦ Χριστοῦ,...), y en algunos círculos protestantes simplemente como Revelación. Por su género literario, es considerado por la mayoría de los eruditos el único libro del Nuevo Testamento de carácter exclusivamente profético.
El Apocalipsis quizás sea el escrito más rico en símbolos de toda la Biblia. La cantidad de símbolos, eventos y procesos complica la tarea de interpretar la totalidad de la revelación y como tal, ha sido objeto de numerosas investigaciones, interpretaciones y debate a lo largo de la historia.” (1)
A lo largo de la historia muchas interpretaciones se han dado sobre estas profecías, tanto desde el punto de vista de diferentes videntes, de diferentes iglesias, y de los propios creyentes. Pero el resultado es el mismo, el fin del mundo está cerca afirman todos.
Tsunamis, terremotos, guerras... Siempre ha habido predicciones fatalistas, las más importantes en el ya lejano año mil. Pero desde que empezara el año 2000 los desastres se suceden y se ha reabierto la polémica. ¿Nos estamos acercando al fin del mundo? ¿Ahora de verdad?Los profetas y videntes religiosos anuncian un cercano apocalipsis. Los ejércitos actuales están preparados para destruir varias veces la Tierra. El papel del lejano oriente y del mundo árabe va a ser básico en los conflictos que se avecinan. Y no olvidemos los desastres naturales: el eje de la Tierra va a cambiar, y eso va a suponer una era de terremotos e inundaciones. El tsunami que ha arrasado parte de Asia es la penúltima demostración. Y según los más agoreros, Nueva York, símbolo de nuestra civilización, parece que tiene los días contados. Y sin hablar de todos los virus y agentes químicos creados por el propio hombre. Y la posibilidad de que un meteorito nos alcance nuevamente.
En todo esto, ¿qué tiene que ver la Ciencia?
Pues mucho. La Ciencia puede explicar todos los fenómenos desde una posición científica, lo cual puede ser tomado de varias maneras: puede esto ser considerado una concordancia entre creencia y ciencia; o también puede ser motivo de discrepancia en cuanto a la validez de la Ciencia.
Como dice Georges Lemaître, uno de los padres de la cosmología física contemporánea, “Nada en mi trabajo, nada de lo que aprendí en mis estudios científicos o religiosos me hizo modificar este punto de vista. No tengo que superar ningún conflicto. La ciencia no quebrantó mi fe y la religión nunca me llevó a interrogarme sobre las conclusiones a las que llegaba por métodos científicos.”(2)
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